¿Cómo conocer nuestras vidas pasadas? Método Christos>
Las terapias regresivas son una técnica de exploración espiritual que puede arrogar mucha luz sobre nuestro karma y sobre nuestra realidad actual.
La evidencia científica acerca las vidas pasadas puede ser muy discutida.
Para visualizar vidas pasadas existen muchos métodos, El Método Christos, está extractado del libro Cómo acceder a nuestras vidas pasadas, de J. H. Brennan, publicado en Edaf. En este interesantísimo trabajo hay varias técnicas para explorar nuestras potenciales vidas anteriores..
Las intrusiones para llevarla a cabo son muy simples y están detalladas muy explícitamente en los puntos que siguen. Una iluminación suave, un incienso relajante y unas velas ayudan mucho a la relajación. También la compañía de personas en que nosotros confiamos es fundamental.
MÉTODO CHRISTOS
Pasos A Seguir:
1. El sujeto tiene que tumbarse boca arriba en el suelo con un cojín bajo la cabeza; sin zapatos y cerrar los ojos.
2. El ayudante debe masajearle los tobillos con un movimiento circular para relajar al sujeto.
3. Al minuto, el realizador de la sesión coloca el borde curvo de su mano en la frente, entre los ojos del sujeto, cubriendo el tercer ojo del yoga oriental (glándula pineal). Sin cesar de masajear los tobillos, el realizador debe mover vigorosamente en círculo la mano sobre la zona de la frente del sujeto hasta que el sometido sienta un zumbido en la cabeza. Aquí termina la fase física, el masaje de los tobillos por parte del ayudante puede proseguir más flojo sino distrae al sujeto durante la sesión, pero el masaje de la frente debe cesar aquí.
4. Aspecto mental, debe instarse al sujeto a visualizar sus pies manteniendo los ojos cerrados. Se puede hablar libremente, animándole, haciéndole pensar que todo es parte de su imaginación y que si quiere, puede hacerlo porque él manda en su mente. Cuando lo logre, debe decirle que sienta como crece cinco centímetros más a partir de la planta de sus pies, como si sus piernas se estirasen, debe verlo y sentirlo todo con tranquilidad.
5. Dígale que vuelva a encogerse y vuelva a su forma normal.
6. Repítalo al menos tres veces para demostrarle que él domina la situación y que puede hacer lo que le plazca pues es su mente y él manda en ella. El realizador debe tener paciencia pues en esta fase el sujeto está afianzando su confianza y debe tomarse todo el tiempo que sea necesario.
7. Ahora el sujeto debe ver su cabeza claramente, siempre manteniendo los ojos cerrados, ahora es la cabeza la que debe crecer aproximadamente cinco centímetros. Tómeselo con calma, es una fase clave para el desarrollo del método; que lo haga al menos tres veces antes de avanzar y mantenga una conversación con el sujeto acerca de lo que ve y siente con total normalidad.
8. El realizador debe llamar la atención del sujeto hacia los pies, instándole a que crezca ahora unos treinta centímetros y que regrese de nuevo a su estado normal. Asegúrese de que realmente lo visualiza y lo consigue, es muy importante la comunicación oral durante el proceso entre realizador y sujeto.
9. Haga lo mismo ahora con la cabeza.
10. El ayudante puede cesar el masaje, si todavía seguía y coger papel y lápiz para tomar nota o bien disponer la grabadora para que empiece a grabar. Muchos de los sujetos se despiertan sin recordar nada de lo que han visto o dicho, tener anotaciones o grabaciones ayuda a hacerles ver que todo ha sido real aunque haya sucedido dentro de su cabeza.
11. Ahora, el realizador debe pedir al sujeto que sus pies crezcan sesenta centímetros y que permanezca así una vez lo haya logrado. Paciencia, a veces algunos no pueden seguir adelante, debe tener calma y no alterar al sujeto que debe estar muy relajado y tranquilo durante todo el procedimiento.
12. Ahora que crezca su cabeza sin que decrezcan los pies, también sesenta centímetros. Sino puede visualizarse entero que se centre en la cabeza pero que mantenga los pies crecidos sesenta centímetros. Es muy importante que mantenga esa longitud. Cuando lo haya conseguido debe mantenerse así, no tiene que regresar a su tamaño normal.
13. Ahora, el realizador debe solicitar al sujeto que empiece a hincharse como un globo. Tiene que verlo claramente y sentirlo. No pierda la comunicación oral, que exprese todo lo que siente y ve. En esta fase el sujeto ha salido de su cuerpo, ahora viene el verdadero experimento, claro que el sujeto debe ser consciente de que es todo parte de su mente y sigue teniendo el dominio de la situación, recuérdele esto siempre que tenga ocasión para que no cese su confianza. Ahora debe pasar a la siguiente fase. La verdaderamente atractiva para todos aquellos que crean en la existencia de vidas pasadas.
14. Ahora debe decirle al sujeto que visualice la puerta principal de su casa actual, que la describa al detalle; color, forma, decoración, estado… todo lo que se le ocurra y que aporte realidad a la visión del sujeto. Textura de la madera, donde está el llamador, aspecto del buzón si lo hay. Pase a pedirle que le describa lo que ve al lado… bancos, ventanas, ladrillo, hormigón, color de la pared, escalones… cualquier cosa que esté cerca de la puerta y pueda ver.
15. Pídale que mire hacia arriba y pregúntele que está viendo… techo, cielo, tejado… y cómo es todo lo que ve… colores, formas, materiales… acósele a preguntas que le hagan ser consciente del espacio que le rodea. Las respuestas deben ser rápidas, espontáneas… si tarda en contestar es porque está acudiendo a los recuerdos y este método no es para recordar, sino para ver, visualizar y sentir. Debe conseguir que el sujeto vea realmente lo que dice, que describa lo que ve y que no recurra a los recuerdos, sino el experimento no funcionará.
16. Una vez logrado el punto anterior, el realizador debe decir al sujeto que ya no está en la puerta sino en el tejado de su casa. De nuevo las preguntas… ¿qué ve? que describa los edificios que llamen su atención, el paisaje, animales, árboles, gente paseando por la calle, coches, calles que llamen su atención, curiosidades…
17. Ahora viene un pequeño truco para que el sujeto realmente se percate de que verdaderamente tiene el control sobre todo lo que ve, que nada podrá dañarle para que no se altere si alguna situación que vea le asusta. El realizador debe pedirle que levite, que se eleve un poco sobre el tejado, cuando lo consiga pídale que se eleve unos quinientos metros (si realmente está visualizando y no recordando, la altura carecerá de importancia para él). Anímele y tranquilícele sino le sale a la primera.
18. Cuando lo haya conseguido, pídale que gire en círculo y le cuente que es lo que ve. Casas, parques, gente diminuta, aves, cualquier tipo de cosa que le haga saber si realmente ve o está recordando. Si ve que el sujeto se pone nervioso por la altura a la que se encuentra, significa que la visualización es real para él… tranquilícele diciendo que todo forma parte de su capacidad imaginativa, que él domina la situación y para demostrárselo pregúntele si es de día o de noche.
19. Hágale cambiar del día a la noche o viceversa. Que vea que él domina su entorno. Hágale variar de noche a día tantas veces sea necesario para que se tranquilice. Este paso es importante, hágalo también aunque el sujeto esté tranquilo a pesar de la altura.
20. Pregúntele quién ha sido el que ha cambiado de la noche al día o viceversa. Esto le dará confianza, recuérdele que en todo momento es él quien manda en la situación y que nada podrá hacerle daño porque es consciente de que en su mente solo manda él. Reafirmará su confianza y le hará perder el miedo. Ahora el realizador debe informarle de que no está ni estará en trance durante la experiencia, que si algo le sobrepasa es libre de abrir los ojos y poner fin a la sesión.
21. Pídale que se lance hacia arriba hasta perder de vista todo lo que ve hasta ahora. Que vuele hacia arriba sin límite, tiene que ser capaz de verse envuelto en una luminosa luz solar. Cuando lo haya logrado pídale que descienda a la tierra y que ponga en ella los pies.
Si todo ha ido bien, aterrizará en un entorno de una de sus vidas pasadas. Intégrelo con suavidad, no le presione ni le agobie con demasiadas preguntas al principio, déjele que le diga lo que ve… como es el suelo, la vegetación, sus pies, el color de su piel, sus ropas… su rostro. Sino es capaz de verlo que busque agua o un espejo donde reflejarse… ínstele a ir donde estén los suyos y que hable con ellos, que le diga lo que ve… casas, vegetación, trabajos, aspectos físicos… pregúntele por fechas, años… que pregunte a los suyos, a la gente que le rodee… es importante que le recuerde que todo es como un sueño, que no se preocupe, que no pueden hacerle daño…
Para despertarle, solo tiene que decirle que abra los ojos. No es hipnosis por lo que el sujeto no corre ningún peligro.